Por Melitza Bauza |
Exprésate
Buscando qué hacer un viernes en la noche llamé por teléfono a
mi comadre Maura, ella me comentó que se iba a
realizar la inauguración de la exposición de arte Artucs, a las 6 de la tarde, que nuestra
amiga Alejandra Morán (valga la cuña) también iba a participar en la exposición
con sus hermosos taburetes pintados y laqueados a mano, así que decidí ir a la
exposición e involucrarme para conocer el movimiento artístico cultural
neoespartano.
Al llegar a la Universidad y entrar al salón de exposiciones
me impresionó la cantidad de gente joven que vi, que unos cuantos de ellos eran los artistas de las obras que se exponían, y para mi asombro, algunas de estas obras están realizadas con material de desecho.
A medida que realizaba el recorrido de la sala y me involucraba
en la exposición me quedé estupefacta cuando observé una escultura en forma de
árbol ¡pues no amigos, no es un árbol cualquiera! es un árbol hermosamente
construido con tapas de rosca de esas que consumimos en miles de millones de bebidas gaseosas y aguas en todo el mundo. Me acerqué a la escultura que era más alta que yo y me llené
de esperanza. Inmediatamente busque a mi amiga Liliana que también se
encontraba en la exposición y le pregunté si conocía al autor de ese
maravilloso trabajo, me dijo que sí, le dije sin pensarlo "preséntamelo, quiero
conocerlo".
Cuando me lo presentaron, vi que era un muchacho no mayor de 30 años con bigotes tipo Dalí, cejas gruesas, de sonrisa grande y ojos profundos de esos que te dicen con su presencia que posee una espiritualidad sorprendente, de inmediato le pregunte "¿cómo te llamas?" y él con su gran sonrisa me dijo: Leopolld Cardozo. Yo, en mi afán de indagar más de él y de su trabajo le pregunto:
- "¿qué te motivó para desarrollar este trabajo?"
me
contestó, sin dejar de sonreírme:
- "la falta de material y la oportunidad de
crear"
Agregó que su mamá le enseño a reutilizar las cosas, que de una camisa ella
sacaba una falda, que ella y su familia le enseñaron el valor de REUTILIZAR; en ese momento nos interrumpieron unos amigos
de Leopolld y me dijo: "disculpa pero tenía que atender a unas personas", se estaba despidiendo de mí cuando le dije: "excúsame
pero te puedo hacer una última preguntica", me dijo que sí … y le lanzo la pregunta: "¿qué
consejo le darías a los jóvenes artistas como tú que están comenzando?" Me respondió
tan sabiamente: REUTILICEN, me dio la
mano y se marchó a reunirse con sus amigos.
Cuando llegué a mi casa pensé en las horas que dedicó Leopolld
a recoger las tapas, a unirlas, y crear esta propuesta artística, tan solo dije
en voz alta "gracias amigo por cada tapa que recolectaste, gracias a tu madre y
a tu familia por enseñarte a reutilizar, gracias a todas esas personas que
ayudan al ambiente, que todos podemos colaborar con un granito de arena" ¿y tú
qué opinas?...
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